En los Andes solo hay glaciares por encima de la línea de nieve, donde la nieve se mantiene durante todo el año. Su formación depende de la latitud, la altitud y la precipitación anual. La nieve, a medida que se acumula, comprime la nieve subyacente y crea así una capa densa, llamada firn. A medida que la nieve continúa acumulándose, aumenta la presión y el firn se hace aún más compacto hasta convertirse en hielo de glaciar sólido. Cuando este hielo es lo suficientemente grueso, el glaciar comienza a fluir por efecto de la fuerza de la gravedad sobre su propia masa, bien mediante deslizamiento o por deformación interna.