Blogs
Los atolones son un tipo de arrecife de coral que tienen forma de anillo. El anillo rodea una laguna central y puede ser completa o parcial, dejando una parte abierta al océano, aunque la forma puede ser muy variable, al tratarse de formas orgánicas.
Como ya sabemos, las islas volcánicas se forman a partir de volcanes submarinos que se encuentran en el fondo del mar. Tras muchas erupciones volcánicas acontecidas durante miles de años, las islas emergen por la superficie del océano, dejando al descubierto la parte más superficial. Las condiciones que se dan entre el agua marina y el sustrato rocoso de los volcanes submarinos, es el medio ideal para el crecimiento de los corales que forman arrecifes en la parte sumergida que se encuentra a poca profundidad.
Con el paso del tiempo, el coral va rodeando toda la isla volcánica hasta crear un anillo de arrecife de coral. A medida que se va formando el arrecife y debido a la erosión, la isla volcánica se comienza a hundir y, de forma muy lenta, va desapareciendo por debajo de la superficie del océano. Cuando la isla se encuentra por debajo del nivel del mar, en la superficie solo se aprecia el anillo de coral y en su interior, una laguna que se denomina atolón.
Se puede pensar que, durante la formación del atolón, el coral se va hundiendo a la vez que la isla se va erosionando. Esto no ocurre así porque el hecho de que el coral se encuentre a ras del agua, le confiere una condiciones favorables para su desarrollo. Posteriormente, la acción del viento y las olas erosionan gran parte del coral, convirtiéndolos en arena y esa arena se va depositando hasta formar los llamados cayos.
Las islas de atolones son verdaderamente fascinantes y la duración de su formación puede ser muy variable. Sin embargo, se cree que podría ser un proceso con una duración media de 30 millones de años.