Los acantilados marinos se originan por la acción abrasiva del oleaje en la base del terreno costero. Conforme progresa la erosión, las rocas que sobresalen por la socavación de la base del acantilado se desmoronan debido a la gravedad y el acantilado retrocede.
Existen los siguientes tipos de acantilados:
– Acantilados activos: este tipo de acantilados se encuentran sobre aguas profundas y sus bases son golpeadas por las olas. El material erosionado tampoco se deposita en él, sino que es arrastrado por las corrientes oceánicas.
– Acantilados inactivos: En este caso, los acantilados se forman sobre plataformas arenosas, fuera del alcance de las olas, por lo que se encuentran más alejados de la línea de costa.