A 25 kilómetros de la ciudad del Cusco, se ubica este centro que, según cuentan ciertas leyendas, fue uno de los grandes jardines reales que el inca Huiracocha ordenó construir. Según las crónicas del inca Garcilaso de la Vega, este sitio fue construido como un refugio del inca Yahuar Huaca, derrocado por darse a la fuga durante una rebelión. Se dice también que fue un centro ceremonial, donde las poblaciones se reunían para agradecer por las cosechas.
Esta obra de ingeniería hidráulica permitió irrigar grandes extensiones agrícolas de los poblados de Pukara, Rayanpukro, Pukutuyopampa, Qasanapampa, que están a sus alrededores, y así enfrentar las épocas de sequía.
El agua fue muy importante para las culturas pre incas y para el mismo imperio Inca, para el mundo andino, el agua proviene del dios Viracocha, creador del universo, según el mito de creación inca, del lago Titicaca surgieron Manco Capac y Mama Ocllo, fundadores del imperio, eso se refleja en cada obra de ingeniería, en cada mito, leyenda y acto ceremonial.
Este complejo arqueológico destaca por su impresionante estructura y canales que contienen agua sagrada. La Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE) la distinguió como obra maestra de la ingeniería universal.